La una y treinta y siete de la mañana.
Llueve en la calle.
La una y treinta y ocho de la mañana.
Un latido, sólo uno.
La una y treinta y nueve de la mañana.
Todo es más sencillo ahora.
Dos siempre serán menos que veinte.
La una y cuarenta y uno de la mañana.
Llueve en la calle.